- Radiaciones Ionizantes.
Son radiaciones con la energía necesaria para arrancar electrones de los átomos. Cuando un átomo queda con un exceso de carga eléctrica, ya sea positiva o negativa, se dice que se ha convertido en un ión (positivo o negativo).
Son radiaciones ionizantes los rayos X, las radiaciones alfa, beta, gamma y la emisión de neutrones.
La radiación cósmica ( proveniente del Sol y del espacio interestelar ) también es un tipo de radiación ionizante, pues está compuesta por radiaciones electromagnéticas y por partículas con gran cantidad de energía. Es así como, los llamados rayos cósmicos blandos, se componen principalmente de rayos gamma, electrones o positrones, y la radiación cósmica primaria ( que llega a las capas más altas de la atmósfera ) se compone fundamentalmente de protones. Cuando la radiación cósmica interactúa con la atmósfera de la Tierra, se forman en ella átomos radiactivos (como el Tritio y el Carbono-14) y se producen partículas alfa, neutrones o protones.
Las radiaciones ionizantes pueden provocar reacciones y cambios químicos con el material con el cual interaccionan. Por ejemplo, son capaces de romper los enlaces químicos de las moléculas o generar cambios genéticos en células reproductoras.
- Radiaciones No Ionizantes.
Son aquellas que no son capaces de producir iones al interactuar con los átomos de un material.
Las radiaciones no ionizantes se pueden clasificar en dos grandes grupos: los campos de origen electromagnético y las radiaciones ópticas.
Dentro de los campos electromagnéticos se pueden distinguir aquellos generados por las líneas de corriente eléctrica o por campos eléctricos estáticos. Otros ejemplos son las ondas de radiofrecuencia, utilizadas por las emisoras de radio en sus transmisiones, y las microondas utilizadas en electrodomésticos y en el área de las telecomunicaciones.
Entre las radiaciones ópticas se pueden mencionar los rayos infrarrojos, la luz visible y la radiación ultravioleta. Estas radiaciones pueden provocar calor y ciertos efectos fotoquímicos al actuar sobre el cuerpo humano.
martes, 22 de junio de 2010
Los nucleones en el núcleo se mueven alrededor en un pozo potencial de la energía que ellos mismos creen presentarse de su interacción, y el movimiento, con respecto a uno a. Los nucleones pueden obrar recíprocamente con uno a vía 2 cuerpos, 3 cuerpos o fuerzas del múltiple-cuerpo. El hecho de que muchos nucleones obran recíprocamente con uno a de una manera complicada hace el nuclear problema del mucho-cuerpo difícil de solucionar.
Existen ampliamente dos tipos de modelos nucleares que procuren predecir y entender características de núcleos. Éstos son modelos nucleares microscópicos y macroscópicos. Los modelos nucleares microscópicos aproximan el potencial que los nucleones crean en el núcleo. Las interacciones individuales se combinan como sumas lineares de potenciales. Casi todos los modelos utilizan un potencial central más a vuelta potencial de la órbita. La diferencia entre los modelos entonces es definida por el potencial de 3 cuerpos usado, y/o la forma del potencial central. La forma de este potencial entonces se inserta en la ecuación de Schrödinger. Solución del Ecuación de Schrödinger entonces rinde el nuclear wavefunction, vuelta, paridad y energía de la excitación de niveles individuales. La forma del potencial determinaba estas características nucleares indica el tipo de modelo microscópico. modelo de la cáscara y el modelo deformido de la cáscara (modelo de Nilsson) es dos ejemplos de modelos nucleares microscópicos.
Los modelos nucleares macroscópicos procuran describir las cualidades tales como la prolijidad nuclear del tamaño, de la forma y de la superficie. Más bien que calculando niveles individuales, los modelos macroscópicos predicen radios nucleares, el grado de deformación y el parámetro de la prolijidad. Una aproximación simple para el radio nuclear es que es proporcional a la raíz cúbica de la masa nuclear.
Esto implica que todos los núcleos son esféricos y su radio es directamente proporcional a la raíz cúbica de su volumen (volumen de una esfera = 4/3πR3). Los núcleos pueden también existir en una forma deformida y así un grado de deformación,β2, puede ser incluido para tomar esto en consideración. El hecho de que el núcleo puede no estar enteramente incompresible también es considerado por el parámetro de la prolijidad δ. Un ejemplo de un modelo macroscópico es el modelo de la gotita de Myers y de Schmidt.
Se han hecho algunas tentativas absolutamente acertadas de combinar los modelos microscópicos y macroscópicos juntos. Estos modelos supuestos del mic-mac comienzan con un potencial nuclear, solucionan la ecuación de Schrödinger y proceden a predecir parámetros nucleares macroscópicos.
Protones y neutrones
Los protones y los neutrones son fermios, con diversos valores del isospin número del quántum, así que dos protones y dos neutrones pueden compartir el mismo espacio función de la onda. En el caso raro de a hypernucleus, un tercero baryon llamó a hyperon, con un diverso valor del strangeness el número del quántum puede también compartir la función de la onda.
Existen ampliamente dos tipos de modelos nucleares que procuren predecir y entender características de núcleos. Éstos son modelos nucleares microscópicos y macroscópicos. Los modelos nucleares microscópicos aproximan el potencial que los nucleones crean en el núcleo. Las interacciones individuales se combinan como sumas lineares de potenciales. Casi todos los modelos utilizan un potencial central más a vuelta potencial de la órbita. La diferencia entre los modelos entonces es definida por el potencial de 3 cuerpos usado, y/o la forma del potencial central. La forma de este potencial entonces se inserta en la ecuación de Schrödinger. Solución del Ecuación de Schrödinger entonces rinde el nuclear wavefunction, vuelta, paridad y energía de la excitación de niveles individuales. La forma del potencial determinaba estas características nucleares indica el tipo de modelo microscópico. modelo de la cáscara y el modelo deformido de la cáscara (modelo de Nilsson) es dos ejemplos de modelos nucleares microscópicos.
Los modelos nucleares macroscópicos procuran describir las cualidades tales como la prolijidad nuclear del tamaño, de la forma y de la superficie. Más bien que calculando niveles individuales, los modelos macroscópicos predicen radios nucleares, el grado de deformación y el parámetro de la prolijidad. Una aproximación simple para el radio nuclear es que es proporcional a la raíz cúbica de la masa nuclear.
Esto implica que todos los núcleos son esféricos y su radio es directamente proporcional a la raíz cúbica de su volumen (volumen de una esfera = 4/3πR3). Los núcleos pueden también existir en una forma deformida y así un grado de deformación,β2, puede ser incluido para tomar esto en consideración. El hecho de que el núcleo puede no estar enteramente incompresible también es considerado por el parámetro de la prolijidad δ. Un ejemplo de un modelo macroscópico es el modelo de la gotita de Myers y de Schmidt.
Se han hecho algunas tentativas absolutamente acertadas de combinar los modelos microscópicos y macroscópicos juntos. Estos modelos supuestos del mic-mac comienzan con un potencial nuclear, solucionan la ecuación de Schrödinger y proceden a predecir parámetros nucleares macroscópicos.
Protones y neutrones
Los protones y los neutrones son fermios, con diversos valores del isospin número del quántum, así que dos protones y dos neutrones pueden compartir el mismo espacio función de la onda. En el caso raro de a hypernucleus, un tercero baryon llamó a hyperon, con un diverso valor del strangeness el número del quántum puede también compartir la función de la onda.
El fenómeno de la radiactividad fue descubierto casualmente por Henri Becquerel en 1896. Estudiaba los fenómenos de fluorescencia y fosforescencia, para lo cual colocaba un cristal de Pechblenda, mineral que contiene uranio, encima de una placa fotográfica envuelta en papel negro y las exponía al sol. Cuando desenvolvía la placa la encontraba velada, hecho que atribuía a la fosforecencia del cristal. Los días siguientes no hubo sol y dejó en un cajón la placa envuelta con papel negro y con la sal de Uranio encima. Cuando sacó la placa fotográfica estaba velada, y no podía deberse a la fosforescencia ya que no había sido expuesta al sol. La única explicación era que la sal de uranio emitía una radiación muy penetrante. Sin saberlo Becquerel había descubierto lo que Marie Curie llamaría más tarde radiactividad.
Mme. Curie junto a su esposo Pierre Curie, empezaron a estudiar el raro fenómeno que había descubierto Becquerel. Estudiaron diversos minerales y se dieron cuenta de que otra sustancia el torio, era "radiactiva", término de su invención. Demostraron que la radiactividad no era resultado de una reacción química, sino una propiedad elemental del átomo. El fenómeno de la radiactividad era característico de los núcleos de los átomos. En 1898 descubren dos nuevas sutancias radiactivas: el radio y el polonio, mucho más activas que el uranio. Pierre estudiaba las propiedades de la radiación, y Marie intentaba obtener de los minerales las sustancias radiactivas con el mayor grado de pureza posible. Pierre probó el radio sobre su piel, y el resultado fue una quemadura y una herida, pronto el radio serviría para tratar tumores malignos. Era el comienzo de las aplicaciones médicas que Mme. Curie daría a la radiactividad. En 1903 recibieron el premio Nobel de física junto con Becquerel por el descubrimiento de la radiactividad natural.
Al poco tiempo murió Pierre Curie en un accidente debilitado como estaba por el radio. Mme. Curie siguió trabajando y fue la primera mujer que ocupó un puesto en la Universidad de la Sorbona en Paris. Siguió investigando junto a Ernest Rutherford, quien encontró que la radiación que emitían las sustancias radiactivas, tenía tres componentes que denominó:alfa, beta y gamma.
Mme. Curie siguió estudiando el fenómeno de la radiactividad durante toda su vida, prestando especial atención a las aplicaciones médicas de la radiactividad junto con los rayos X, recien descubiertos. Agotada, casi ciega, los dedos quemados y marcados por su querido radio, Mme Curie murió a los 60 años de leucemia en 1934. Su hija Irene continuó su trabajo con la misma pasión junto a su marido, con el que descubrió la radiactividad artificial y por lo que recibieron el premio Nobel.
Introducción histórica.
El primer indicio que llevaría al establecimiento de la existencia del núcleo atómico fue el descubrimiento de la radiactividad por Antoine Henri Becquerel en 1896. Éste observó que las sales de Uranio emitían unas radiaciones que eran capaces de velar placas fotográficas en la oscuridad e incluso atravesar placas de Aluminio y Cobre. Los esposos Curie descubren otros elementos que también son emisores radiactivos, aún más activos que el Uranio, como son el Polonio y el Radio.
Más tarde, en 1900, Ernest Rutherford y Paul U. Villard identifican en las radiaciones emitidas tres componentes distintos: unas partículas positivas a, unas negativas b o electrones, ya descubiertos anteriormente por J. J. Thomson y una radiación electromagnética sin carga eléctrica, con una corta longitud de onda.
Todos estos hechos llevan a Marie Curie a escribir en 1903: " El átomo, indivisible desde el punto de vista químico, es divisible en este caso (refiriéndose a los procesos radiactivos), y los subátomos se encuentran en movimiento. La materia radiactiva experimenta, pues, una transformación química que es fuente de la energía radiada; pero no es una transformación química ordinaria, porque las transformaciones químicas dejan al átomo invariable ". Empieza por lo tanto a tomar cuerpo la idea de un átomo divisible, y por lo tanto compuesto de distintos " subátomos ", distintas partes dentro del átomo.
Rutherford, que con la ayuda de Frederick Soddy esboza las familias radiactivas, y tras recibir el premio Nobel de Química en 1908, es quien establece la existencia del núcleo del átomo. Sus dos colaboradores, Hans Geiger y Ernst Marsden, bombardean en 1911 una fina lámina de oro con partículas a, observando que algunas partículas sufrían grandes desviaciones angulares, mientras que la mayoría de ellas atravesaban la lámina sin desviarse. Estas desviaciones se atribuyen a campos repulsivos muy intensos existentes en el átomo. La existencia de estos campos tan intensos desacredita el modelo de átomo propuesto por el descubridor del electrón, J. J. Thomson, que proponía un átomo donde la carga positiva estuviera expandida por todo el átomo y sobre ella estaría situada la carga negativa, en forma de electrones. Una carga extendida por todo el átomo en una nube difusa produciría un campo repulsivo más débil, no capaz de dar los resultados experimentales ya citados. Veamos en una animación un ejemplo de este experimento. Comprobad como la mayoría de las partículas alfa no se desvían
El primer indicio que llevaría al establecimiento de la existencia del núcleo atómico fue el descubrimiento de la radiactividad por Antoine Henri Becquerel en 1896. Éste observó que las sales de Uranio emitían unas radiaciones que eran capaces de velar placas fotográficas en la oscuridad e incluso atravesar placas de Aluminio y Cobre. Los esposos Curie descubren otros elementos que también son emisores radiactivos, aún más activos que el Uranio, como son el Polonio y el Radio.
Más tarde, en 1900, Ernest Rutherford y Paul U. Villard identifican en las radiaciones emitidas tres componentes distintos: unas partículas positivas a, unas negativas b o electrones, ya descubiertos anteriormente por J. J. Thomson y una radiación electromagnética sin carga eléctrica, con una corta longitud de onda.
Todos estos hechos llevan a Marie Curie a escribir en 1903: " El átomo, indivisible desde el punto de vista químico, es divisible en este caso (refiriéndose a los procesos radiactivos), y los subátomos se encuentran en movimiento. La materia radiactiva experimenta, pues, una transformación química que es fuente de la energía radiada; pero no es una transformación química ordinaria, porque las transformaciones químicas dejan al átomo invariable ". Empieza por lo tanto a tomar cuerpo la idea de un átomo divisible, y por lo tanto compuesto de distintos " subátomos ", distintas partes dentro del átomo.
Rutherford, que con la ayuda de Frederick Soddy esboza las familias radiactivas, y tras recibir el premio Nobel de Química en 1908, es quien establece la existencia del núcleo del átomo. Sus dos colaboradores, Hans Geiger y Ernst Marsden, bombardean en 1911 una fina lámina de oro con partículas a, observando que algunas partículas sufrían grandes desviaciones angulares, mientras que la mayoría de ellas atravesaban la lámina sin desviarse. Estas desviaciones se atribuyen a campos repulsivos muy intensos existentes en el átomo. La existencia de estos campos tan intensos desacredita el modelo de átomo propuesto por el descubridor del electrón, J. J. Thomson, que proponía un átomo donde la carga positiva estuviera expandida por todo el átomo y sobre ella estaría situada la carga negativa, en forma de electrones. Una carga extendida por todo el átomo en una nube difusa produciría un campo repulsivo más débil, no capaz de dar los resultados experimentales ya citados. Veamos en una animación un ejemplo de este experimento. Comprobad como la mayoría de las partículas alfa no se desvían
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